Sola en casa 1

Lo que hace el tiempo libre... nunca pensé que para entretenerme acabaría escribiendo en este blog surgido entre el aburrimiento y las bromas de la planta cero.

Pues sí, esta semana santa ha sido como ninguna otra en mi vida. Hay que decir también que es posible que haya sido la mejor.

El comienzo marcó ya todo lo que iba a ser la semana: fiesta!! Y es que empezar en Donosti este período de asueto me ha marcado.

Todos sabéis que hemos ido a las interinformáticas... ¡qué gran campeonato!

Se necesitaría ir a Donosti para ver el verdadero espíritu de esas competiciones, que ha sido difundido en primer lugar por la fic, lo que ha permitido que se nos otorgase el premio al espíritu universitario. Y es que ese dominio de juego en toda disciplina deportiva, esas gradas que temblaban con el bombo y las panderetas al son de: "ondiñas veñen, ondiñas veñen...", "vivir na coruña que bonito é", "alcohol, alcohol, alcohol...", ese incansable protagonismo de nuesta mascota, esa marea rosa preguntado: "apetéceche un polbo?", esas noches intensamente prolongadas sobre las tarimas de Illumbe, esos desayunos silenciosos, o acaso simplemente perturbados por: "la de ayer fue buena, eh!", ... Todo eso fue lo que nos hizo especiales y que ha conseguido que Coruña arrebate de nuevo ese espíritu incansablemente olímpico.

Por mi parte, he contribuido a obtener esa medalla de plata en voley femenino, tras una rencorosa final contra Valencia.

Pero no sólo hubo lugar para el deporte. Las noches eran siempre alargadas hasta que el cuerpo ya no resistía o hasta que la conciencia te recordaba: en 3 horas hay que darlo todo en la pista de voley y yo dándolo todo en la pista de baile!!!

Las noches del viernes y domingo se situaron en Illumbe (un centro comercial de pubs, sí, sí, con escaleras mecánicas, cine, ...), tras un frío botellón/queimada en Anoeta. Esa primera noche va a ser difícil de superar. Coruña en la tarima coronando la noche con superioridad.

La segunda noche se situó en la playa de la concha, macrobotellón con olor a alcohol y playa (qué mezcla!). La estrella fue sin duda nuestra mascota, un pulpo rosa, disfraz cedido por pepsi (recordad aquel anuncio...). Creo que esa noche se hizo más fotos que cualquier famoso en la alfombra roja.

Parte del espíritu universitario, se lo debemos a él, por esos paseos por las gradas y esos tentáculos que conquistaban a todo el que se pusiera por delante... Lo mejor, verlo jugando a la pelota vasca en pleno centro de Donosti. En breve os facilitaré un vídeo que lo acredita (la brevedad depende de Darío).

Bueno, y queda sitio para hacer una referencia a la ciudad de Donosti. Tan sólo tuvimos una tarde disponible para dedicar al turismo. Pero la aprovechamos al máximo. Tras admirar el parecido entre la Concha con Riazor/Orzán, sólo perturbado por las mansiones que allí bordean el paseo en lugar de los rectos edificios que lo hacen en Coruña, fuimos hacia el Boulevard (todos los buses llegan allí!!). Luego nos dirijimos hacia la zona vieja y estuvimos también en el Kursaal, donde se celebra el festival de cine de San Sebastián. Fue una tarde muy productiva, sobre todo cuando al regresar descubrimos el maravilloso helado de Ferrero Rocher...

Hablando de comer... esos pinchos que nos han

nutrido durante nuestra estancia en Donosti, merecen una clara mención. No sabéis lo que os perdéis; yo cada vez que me acuerdo del hojaldre relleno de vieira... echo de menos el Kalaberri! Echo de menos Donosti!